lunes, 25 de marzo de 2013

Un infinito en cinco

Pues vale, viendo cómo están las cosas, vamos a hacer un balance:

Que me acaricies el pelo y me beses la frente mientras estamos tumbados en el sofá
Que nos quedemos hablando hasta las cuatro de la mañana, diciendo incoherencias
Meternos en el sofá una tarde a ver películas, comer pizza y echar siestas eternas
Escaparnos un fin de semana a cualquier lugar donde nadie nos pueda encontrar
Que me llames para hablar horas y horas sobre lo mucho que nos queremos
Quedar para tomar un café y pedir una media de "San Miguel" y un Nestea
Que me robes sonrisas cuando estoy feliz, y más aún cuando estoy triste
Decirte que te quiero todos y cada uno de los días del año
Ir contigo al cine sólo para comer palomitas de colores
Ducharme y vestirme con tu perfume de pies a cabeza
Recoger tu habitación para después deshacerla juntos
Mirarte en público y hacerte el amor mentalmente
Que me cuides y me mimes cuando estoy enferma
Que me despierte tu voz al otro lado del teléfono
Tumbarnos en medio de la nada a mirar el cielo
Enfadarnos y reconciliarnos cada dos por tres
Tener secretos y contarnos mentiras piadosas
Cenas para dos con velas y flores incluidas
Sentir celos cada vez que una chica te mira
Ir a una playa apartada por la noche
Desayunar (y desayunarnos) juntos
Despertar a tu lado y verte dormir
Ir cogidos de la mano por la calle
Enredar mis dedos por tu pelo
Bes-nudarte en el ascensor
Abrazarte en cualquier lado
Susurrarnos cosas al oído
Que me llames "preciosa"
Reír con cada estupidez
Mirar fotos nuestras
Masajear tu espalda
Acariciar tu cuello
Morderte el labio
Dormir contigo
Quererte
Amarte
Etc.

Podría decir mil cosas más, pero en un infinito caben demasiadas cosas. De momento van cinco años, y a pesar de todo, juro que han sido los mejores cinco años de mi vida. Ahora, dicho esto, ¿alguien se pregunta aún por qué estoy enamorada de él? El amor no es nada racional, pero si quieren explicaciones las tengo a mansalva. Si entienden de amor, estoy segura que me entenderán.

viernes, 15 de febrero de 2013

9 de Febrero


He grabado en mi retina cada una de tus sonrisas, cada gemido, cada orgasmo. He sentido que cada noche que pasamos juntos han sido las noches más felices de mi vida, y no sólo porque hayan sido, también, las más calurosas sexual y espiritualmente hablando, sino porque hay algo en ellas que no habrá en ninguna otra noche: tu corazón latiendo junto al mío. Cierro los ojos y recuerdo todas y cada una de esas noches, minuto a minuto, y juro que revivo cada orgasmo, casi como si aún estuvieses dentro de mí. Y el pulso se me acelera, y siento la necesidad de tenerte aquí conmigo, para follarnos o hacernos el amor, para sentir tu piel, tus manos por mi espalda, mis uñas clavándose en ti, como queriendo decir “más, más, más”, y lo digo. Y es que jamás me cansaría de ti, de nuestros encuentros esporádicos llenos de sexo sin control, a lo bestia, desatando las más bajas pasiones el uno del otro, con unas ganas que no nos perdonan cada vez que estamos juntos. Pero más allá de todo lo que la física de nuestros cuerpos es capaz de expresar entre sudor y otros fluidos entremezclados, está lo que la química de nuestras almas al tocarse produce al encontrarse. Porque déjame explicarte, amor, que no es lo mismo correrse sin más que llegar al clímax y sentir que el alma se quiere escapar de mi cuerpo, que la piel se me erice por ese estúpido temor a que no la vuelvas a tocar, que mi cuerpo tiemble de miedo, placer y amor al saber que hemos culminado el más bonito y placentero acto que jamás podrá sentir con alguien que no seas tú. 

domingo, 3 de febrero de 2013

La teoría de las cucarachas


Háblame de lo mucho que te quiero, de lo mucho que te echo de menos incluso cuando estás al lado. Háblame de ayer y de hoy, pero ni me menciones nada sobre mañana, que sabes tan bien como yo que entre tú y yo no habrá jamás espacio para una imaginación a futuro, por muy cercano que esté. Sabes tan bien como yo, incluso mejor, que los besos de hoy no sirven de precedente para los que posiblemente (o no) vengan después. Sin embargo, amor, háblame de las distancias de seguridad, de tus lados oscuros y ocultos, de los cuatro palmos y medio que cada noche reclaman con fervor tu presencia y que se quejan porque saben que no deben esperar el calor de tu cuerpo, aunque noche tras noche lo hagan. Háblame de la teoría de olvidarte, de la teoría de las cucarachas, háblame de calentar el cuerpo sin pretender calentar el alma, háblame de los imposibles, de tus mentiras, de mis versos, háblame de esta inspiración espontánea que surge cada vez que rozas mi vida, háblame de las horas que le faltan al día para poder llegar a pensarte lo suficiente como para quedarme a gusto. Háblame de cómo no querer besarte, de cómo evitar temblar por ti, de cómo no mirarte a los ojos y pensar “eres el amor de mi vida”. Háblame de todo lo que quieras, háblame de amor, háblame de ti, de mí, de algo que se parezca a un “nosotros”. 

domingo, 8 de abril de 2012

Y me ofrece regalos que trae de otros cielos

Esta mañana abrí los ojos y me encontré contigo de frente, dormido en el lado derecho de la cama. Te ves tan guapo cuando duermes. Esta mañana descubrí por qué me enamoré de ti. Esta mañana supe por qué tenías que ser tú, y nadie más. Y, aunque seas lo peor, aunque encuentre mil razones para decirle a mi corazón que ya valió, nada de eso contrarresta ese motivo de peso y que destruye cualquier argumento. Te quiero porque, además de ser inevitable, eres lo mejor que han tocado mis manos, mi piel y mi corazón. Eres lo más irracional, pero le das sentido a mi vida. Eres ese algo, ese yo que sé que me sostiene y no me deja caer jamás. Eres lo más dulce que han probado mis labios, los ojos donde se pierde mi mirada, la voz que alegra mis mañanas. Eres todos y cada uno de los días que paso sonriendo, eres el sol que seca mis lágrimas. Eres el reloj de mi tiempo, ese segundero que no avanza cuando te tengo, eres lo eterno, lo infinito. Eres dos mil noches sin dormir, el perfume de mi cama, la banda sonora de mi vida, una fotografía escondida en un cuaderno, eres el hombro en que encaja perfectamente mi cabeza, la mano a la medida de la mía. Eres lo más bonito. Pero la razón que más me gusta, la que me convenció del todo, la que no se destruye absolutamente con nada es que eres mi mundo. Y es que sin ti, nada de esto tendría sentido. Gracias por estar en mi vida, gracias por quererme.

jueves, 29 de marzo de 2012

Veinte

A ver dime, ¿qué te puedo decir yo ahora? Si ya te has encargado tú de dejar las cosas claras, de decirme que en tu vida yo no importo nada. Si no hizo falta que modulases ni una sola palabra, si tus miradas te han delatado y me lanzan cuchillos de culpabilidad. Pero sigo sin entender tantas cosas... Como el hecho de que aún con cielo y tierra entre mis manos, dispuesto todo sólo por y para ti, lo despreciases de la manera más injusta. Por que sí, déjame decirte que las inusticias también existen, y que tú eres la injusticia más grande con la que me he tropezado nunca. ¿Qué puedo reprocharte? Si los reproches y los gritos no me salen porque se enredan mi rabia y mi impotencia en la garganta, y se pierden entre frases y palabras aleatorias que no hacen coherente ni una sola sílaba. ¿Qué canción puedo dedicarte? Si no hay discografía que revele ni una sola nota de tristeza que se parezca a nuestra tristeza, a mi tristeza. Porque ninguna canción me sabe lo suficiente mal como me saben mis lágrimas. ¿Qué puedo gritarte?¿Cómo puedo insultarte?¿Qué tengo que desencajar de mí para que ningún recoveco de mi cuerpo me recuerde a ti? Dime, ¿existe algún rincón donde no hayas dejado tus huellas? Uno solo me bastaría para refugiarme ahí, para esconderme de tu olor y de tu risa, de tus manos que dejaron cicatrices allá por donde quiera que hubiesen pasado. ¿Qué voy a hacer ahora conmigo?¿Cómo sobrevivo yo sin ti?¿Qué le cuento al lado derecho de mi cama?¿Qué excusa le pongo a las madrugadas que vengan a despertarme como me despertabas tú para hacer el amor?¿A quién le robaré las sonrisas?¿Y quién me robará mi tiempo y mis ganas?¿A qué cinéfilo empedernido abrazaré en medio de mi agonía?¿A quién le debo preguntar estas cosas? Si tú ya no estás, si ya te has ido y no has dejado ni tu sombra para poderle reprochar.
#nomeenseñasteaolvidarte

martes, 27 de marzo de 2012

Dédalo

Aquí comienza una andadura por mi revoltijo de palabras. Porque desvarío a menudo, pero a veces es bonito estar un poco loco, sobre todo cuando la locura y el amor se dan la mano en un mismo corazón.